La ideación consiste en generar el máximo de soluciones posibles para nuestro problema, sin evaluarlas inicialmente. Ampliando el espacio de soluciones podemos llegar a planteamientos disruptivos que nos aporten ventajas diferenciales. La técnica de ideación más popular es el brainstorming o “tormenta de ideas”, que es sencilla pero adolece de limitaciones por su dependencia de las dinámicas de grupo y la verbalización.

La ideación es el paso del proceso de diseño en la que nos concentramos en la generación de ideas para resolver problemas. Utilizamos técnicas de ideación para crear una lista de tantas soluciones como sea posible, que luego podemos reducir a las opciones más deseables, factibles y viables. El enfoque es utilizar la creatividad y la innovación para generar un amplio conjunto de ideas sobre un tema determinado, por poco convencionales o improbables que sean, sin inicialmente intentar juzgarlas ni evaluarlas.

Proceso de diseñoMentalmente representa un proceso de pensamiento divergente en términos de conceptos y resultados, donde se trata de empezar por la cantidad y la originalidad, y luego enfocarse en la calidad. Al ampliar el espacio de soluciones, el equipo de diseño podrá mirar más allá de los métodos habituales de resolución de problemas para encontrar soluciones mejores, más elegantes y satisfactorias a los problemas. La ideación proporciona el material de partida para construir prototipos y poner soluciones innovadoras en manos de nuestros usuarios.

Proceso de ideación

Durante este paso, un equipo puede organizar una sesión o taller de ideación para crear un proceso estructurado en el que un facilitador guíe a los participantes a través de ejercicios para que aporten ideas sobre la situación que quieren resolver o el producto que quieren desarrollar. Las sesiones de ideación exigen mucha preparación y concentración por parte de los miembros del equipo para que sean fructíferas. Si sentamos al equipo con un papel en blanco y les pedimos que aporten ideas, lo más probable es que fracasen. Del mismo modo, pedir a todo el mundo que grite sus propias ideas puede llevar al fracaso.

Las personas necesitan orientación, inspiración y actividades, de forma física y cognitiva, para poner en marcha el proceso. La ideación es un proceso creativo y enfocado; los participantes deben contar con un entorno que facilite el intercambio de ideas libre, abierto y sin prejuicios, un tipo de entorno adecuado para ayudar a crear una cultura de trabajo creativa con una atmósfera curiosa, valiente y enfocada. En lugar de utilizar una sala de juntas con el director general sentado en la cabecera de la mesa, las sesiones de ideación requieren un espacio en el que todos sean iguales.

Hay cientos de métodos de ideación. Algunos no son más que versiones rebautizadas o ligeramente adaptadas de técnicas más fundacionales. En éste y los siguientes posts os ofrecemos un breve resumen de algunos de los mejores métodos.

Brainstorm

El brainstorming o “tormenta de ideas” es la técnica de ideación más popular. Aprovecha las dinámicas de grupos para que un conjunto de participantes, ayudados por un moderador especializado, propongan ideas y elaboren y construyan sobre las ideas de los demás. Los participantes deben plantear ideas, escucharse unos a otros y, a continuación, desarrollarlas y debatirlas en grupo de manera verbal e interactiva.

El facilitador fija directrices, se asegura de que se escuchan todas las voces y guía la conversación. Y los participantes deberían ser capaces de discutir las ideas libremente y sin miedo a la crítica. Para ello hay que crear un entorno en el que se promueve la participación activa y se acepten ideas aparentemente descabelladas, y que permita llegar más lejos de lo que podría cualquier persona simplemente pensando de forma lógica sobre un problema.

Brainstorming

Mejores prácticas y reglas del brainstorming

Fijar un límite de tiempo y de participantes, pero hacer que estos sean diversos. Para que la tormenta de ideas sea más eficaz, utilicemos esta técnica con un grupo de entre cinco y siete participantes y durante un plazo típicamente de hasta 20 minutos. Tener un grupo pequeño y limitar la sesión a ese plazo ayuda a mantener la conversación centrada. E intentemos incluir a participantes de distintas procedencias o perspectivas para generar ideas más diversas.

Comenzar con un enunciado del problema, un punto de vista, posibles preguntas, un plan o un objetivo. Por ejemplo, ¿qué pretendemos conseguir? ¿Intentamos mejorar alguna característica? ¿Estamos buscando formas de mejorar la experiencia general? Condensemos el planteamiento del problema en una breve frase del tipo “¿Cómo podríamos…?”

No salirse del tema. Es fácil desviarse y tomar muchas direcciones diferentes durante las sesiones de brainstorming, especialmente cuando se intenta ser abierto de mente y no tener restricciones en los esfuerzos por aportar ideas. Es importante que los miembros se mantengan centrados en el tema. La concentración es esencial; de lo contrario, el proceso puede volverse confuso, o las ideas pueden confundirse y cruzarse con soluciones para otros problemas. El facilitador debe hacer todo lo posible por mantener a los miembros centrados en el tema central y el objetivo.

No juzgar ni criticar, ni siquiera de forma no verbal. El entorno del brainstorming no es el momento de discutir ni de cuestionar las ideas de los demás miembros; cada uno tiene la responsabilidad de fomentar relaciones que hagan avanzar la sesión. Por esta razón, los juicios vienen después, así que, en lugar de bloquear una idea, se anima a los miembros del equipo a que aporten ideas propias que broten de las aportadas por los demás miembros del equipo. Hay que reducir los inhibidores sociales entre los miembros del grupo.

Fomentar las ideas raras y disparatadas. Una vez más, como el brainstorming es una actividad creativa, cada miembro debe intentar animar a los demás y crear un ambiente en el que se sientan cómodos verbalizando sus ideas. El pensamiento libre puede dar lugar a ideas muy descabelladas, pero el brainstorming consiste en elaborar el mayor número posible de ideas, que luego se reducen hasta que queda la mejor opción posible.

Buscar la cantidad. El brainstorming es un ejercicio creativo en el que se anima a los diseñadores a dar rienda suelta a su imaginación. En esta fase se hace más hincapié en la cantidad que en la calidad.

Basarse en las ideas de los demás. Una idea suele ser la continuación de otra; si se tienen en cuenta los pensamientos, opiniones e ideas de los demás miembros del equipo durante la sesión de brainstorming, se pueden obtener nuevas percepciones y perspectivas, que luego sirven de base a las ideas propias. Hay que fomentar la combinación y la mejora de ideas mediante la asociación. Así, el equipo seguirá construyendo ideas que, con suerte, se irán perfeccionando progresivamente y orientando hacia la cuestión central.

Ser visual. El acto físico de escribir algo o dibujar una imagen para dar vida a una idea puede ayudar a la gente a pensar en nuevas ideas o a ver las mismas ideas de otra manera. Es más probable que la sesión de brainstorming evolucione si los miembros del equipo visualizan y dan vida a las ideas en lugar de basarse únicamente en la discusión.

Una conversación cada vez. Los brainstormers deben centrarse en un punto o conversación a la vez para no enturbiar su pensamiento y perder de vista el hilo o el objetivo actual.

Limitaciones del brainstorming

Presión social. Incluso con las mejores intenciones de crear ideas con valentía y pensar fuera de la caja, tenemos un deseo instintivo de ajustarnos a las ideas de los demás y tememos el rechazo. Dado que el brainstorming se basa en la audacia, es posible que esta técnica sólo se adapte a algunas personalidades.

Personalidades dominantes. Por extensión, el brainstorming está pensado para las personalidades más dominantes. Las personas que hablan más alto o con más confianza son las que tienen más probabilidades de que se reconozcan sus ideas. Esto también puede dar lugar a una falta de diversidad o inclusión en el resultado final.

Limitaciones de tiempo. Como la duración de una sesión de brainstorming es limitada y la energía del grupo puede decaer, a veces se generan ideas poco prácticas o poco meditadas. Dependiendo de la naturaleza de nuestro reto, puede que nos beneficiemos más de una técnica de ideación más limitada o práctica.

Falta de seguimiento. Dado que las sesiones de brainstorming generan un gran volumen de ideas, debe haber un proceso de filtrado en el que las mejores ideas pasen a la fase de creación de prototipos. Sin este paso, dejaremos muchas buenas ideas sobre la mesa, inacabadas y sin ejecutar.

Creatividad limitada. El brainstorming sólo aprovecha la capacidad de pensar y expresar ideas verbalmente. Puede que tengamos miembros del equipo que sean más visuales, introvertidos o que sean más creativos con el pensamiento profundo. Otras técnicas de ideación pueden ayudar a sacar a relucir los puntos fuertes de todos los miembros del equipo.

En el próximo post veremos algunas técnicas basadas en el brainstorming, pensadas para superar algunas de sus limitaciones.

El post “Técnicas de ideación (1)” se publicó primero en “Marketing & Innovación”.

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