¿Cómo hacer un coaching eficaz a nuestros vendedores?
Un coaching eficaz a nuestros vendedores puede multiplicar nuestro rendimiento de ventas. Y para ello hay que evitar abrumarles con todos los posibles aspectos que pueden. Un buen coaching se basa en datos para identificar el área de mejora que más impacto puede tener y en un diálogo con el vendedor para empoderarlo y construir compromiso con dicha mejora.
Maximizar el tiempo que los directores de ventas dedican al coaching es una de las palancas más eficaces para impulsar la productividad de las ventas. En muchos sentidos, el título de un director de ventas debería ser «coach de ventas». Pero ¿cómo se hace un buen coaching?
Muchos directores de ventas se equivocan al abrumar con todo su conocimiento e innumerables sugerencias de mejora a los vendedores que intentan desarrollar. Esta situación se produce con mayor frecuencia cuando un director de ventas recibe a un nuevo vendedor recién salido de la formación. Es probable que el director de ventas vea una enorme diferencia entre el rendimiento actual del nuevo vendedor y el que le gustaría que tuviera. Y entonces típicamente el director de ventas procede a inundar al vendedor con páginas y páginas de feedback. El intento del director de desarrollar simultáneamente al vendedor en todo un espectro de habilidades da como resultado que no se desarrolle ninguna habilidad en absoluto.
Coaching de ventas basado en métricas
Los mejores jefes de ventas pueden identificar la habilidad que tendrá el mayor impacto en el rendimiento de un vendedor, y luego personalizan un plan de entrenamiento en torno al desarrollo de esa habilidad. Si son realmente buenos, los directores de ventas utilizarán métricas para diagnosticar correctamente qué habilidad debe priorizarse. Esto es lo que Mark Roberge en su libro “The Sales Acceleration Formula” llama «coaching de ventas basado en métricas».
Cuando el director de ventas se sienta uno a uno con cada vendedor para crear un plan de coaching se debe plantear como una reunión muy interactiva. El director no dice: «Juan, he revisado tu rendimiento el mes pasado. Esto es lo que he detectado. Esto es lo que vamos a trabajar y cómo lo vamos a hacer». Este planteamiento simplemente no empodera a los vendedores ni crea compromiso. Ese enfoque desaprovecha la oportunidad de utilizar la reunión como una gran posibilidad de aprendizaje en la que el vendedor puede reflexionar constructivamente sobre su desarrollo personal.
Lo ideal es que el director de ventas desarrolle planes colaborativamente con el vendedor. A través de una secuencia de preguntas sobre las métricas más importantes del proceso el director de ventas capacita a los miembros de su equipo para que analicen sus propios resultados, diagnostiquen las deficiencias de sus habilidades y propongan planes de acción.
En la mayoría de los casos, el director de ventas ya tendrá una idea bastante clara de qué habilidad quiere trabajar con el vendedor. Sin embargo debe estar dispuesto a ajustar su plan en función de las ideas del vendedor. Este enfoque flexible maximiza la implicación y el empoderamiento del vendedor. Enseña a los vendedores a ser su propio coach independiente, a reflexionar sobre sus deficiencias y a personalizar los planes de coaching para que puedan mejorar sus resultados.
Ahora la pregunta es: «¿Qué métricas de ventas es mejor seguir?». La respuesta varía de una empresa a otra. Dicho esto, al evaluar la situación de nuestra empresa, la recomendación es que la primera iteración sea relativamente sencilla y empiece por las métricas de alto nivel que ya se están siguiendo. Por ejemplo, en una empresa en mercado B2B las métricas se pueden basar en un funnel de leads creados, leads desarrollados, demos realizadas y clientes cerrados durante el último mes.
Un ejemplo
Como ejemplo, supongamos un vendedor cuyas métricas muestran que lo está haciendo muy bien con grandes volúmenes de leads desarrollados y demostraciones realizadas. Sin embargo, comparativamente respecto sus compañeros tiene un número muy bajo de clientes cerrados, especialmente para esa cantidad de actividad. Éstas son algunas ideas sobre posibles diagnósticos y planes de coaching para este vendedor que el director podría llevar a la reunión y consensuar con dicho vendedor:
Falta de urgencia en el comprador. Este es el problema más común en muchas organizaciones. El cliente potencial expresa gran entusiasmo por el producto. Le dicen literalmente al vendedor que planean comprar. Al día siguiente, el vendedor vuelve a llamar y el cliente tiene alguna excusa sobre una próxima feria o un plazo que se acerca rápidamente. Le piden que vuelva a llamar dentro de un mes. Cuando vuelve a llamar un mes después, apenas recuerdan su nombre. Una buena manera de diagnóstico es revisar las razones de las oportunidades cerradas y perdidas. Dos tácticas sólidas de coaching incluyen el role playing sobre cómo desarrollar la oportunidades futuras y grabar llamadas de ventas que puedan ser revisadas y criticadas. Las preguntas clave son: ¿Por qué este cliente potencial necesita nuestro producto hoy? ¿Qué consecuencias tendría no comprarlo hoy? Imaginemos que pasan seis meses y el problema que estamos hablando de resolver aún no está resuelto. ¿Qué pasará entonces? ¿Será realmente tan grave? Si la respuesta es «no» entonces el vendedor no ha desarrollado la urgencia y probablemente no ganará ese negocio.
Falta de acceso al decisor clave del cliente. En algunos casos, el vendedor no ha identificado o llegado al responsable de la toma de decisiones. A menudo, si un posible comprador potencial dice que es el responsable de la toma de decisiones, probablemente no lo sea. Por el contrario, los verdaderos decisores pueden intentar desviar la responsabilidad a otra persona. Averiguar si un posible comprador es realmente quien toma las decisiones suele ser complicado. Un director puede diagnosticar un problema de «falta de responsable de la toma de decisiones» evaluando cuánto tiempo ha pasado desde que un vendedor se puso en contacto con el responsable de firmar los documentos clave. Si esa persona resulta ser la Directora General y aún no hemos hablado con ella, tenemos un problema. El role playing en torno a oportunidades concretas funciona bien para superar esta deficiencia de habilidades. En general, los mejores vendedores aprecian la diferencia entre por qué el usuario final quiere nuestro producto y por qué el comprador clave quiere nuestro producto. Los mejores vendedores modificarán la forma en que comunican el valor a cada una de las partes para que los intereses de todos se sientan atendidos.
Problema profundo del cliente no identificado. Tal vez el vendedor aún no haya apreciado el dolor del cliente potencial. Si preguntamos por el punto de dolor en una oportunidad y el vendedor da una respuesta vaga o superficial, tenemos un problema. Todo el mundo necesita mejorar algo. Debemos utilizar con el vendedor preguntas de sondeo para llegar a los puntos de dolor más profundos y subyacentes. La técnica de los “cinco ¿por qués?” puede estar muy indicada aquí. Y otras preguntas como “¿Cómo se les ocurrió ese objetivo?” o “¿Se trata de un objetivo de necesario cumplimiento o de un objetivo en un mundo ideal?” también nos pueden ayudar a identificar el nivel de profundidad en nuestra comprensión del problema real del cliente
El post “¿Cómo hacer un coaching eficaz a nuestros vendedores?” se publicó primero en “Marketing & Innovación”.
[¿Quieres aprender a aplicar estas ideas en tu empresa? Nuestros talleres sobre Marketing estratégico para empresas tecnológicas y Product Marketing de productos tecnológicos te pueden ayudar.]