Tu modelo de crecimiento tiene fecha de caducidad (3)
La estrategia de crecimiento impulsado por el producto puede tener un techo muy bajo en clientes corporativos. Para superarlo tenemos que cambiar nuestro modelo de crecimiento e incorporar una propuesta de valor para compradores empresariales y un canal de ventas corporativas.
Seguimos analizando ejemplos de situaciones en las que las circunstancias nos llevan a cambiar nuestro modelo de crecimiento (parte 1, parte 2), en este caso cuando el crecimiento impulsado por el producto encuentra su techo.
El crecimiento impulsado por el producto encuentra su techo
El crecimiento impulsado por el producto (Product-Led Growth, PLG) se ha venido vendiendo en los últimos años como la piedra filosofal del crecimiento.
En esencia, se trata de que nuestro propio producto sea nuestro principal canal de marketing y venta (“productos que se venden solos”), contribuyendo a la adquisición, retención y monetización de los clientes. El PLG apela a los usuarios de nuestro producto, construyendo un camino sin fricciones para que dichos usuarios puedan probarlo y experimentar su valor, construir un hábito de uso, recomendarlo e invitar a otros usuarios y acabar pagando por él, todo ello con una nula (o mínima) intervención humana por parte del proveedor.

Pero como hemos visto por aquí, en mercados B2B hay escenarios donde su aplicación plantea retos:
- Productos difíciles de adoptar y de expandirse en la empresa porque requieren costosas inversiones en adaptación e integración.
- Productos de compra inherentemente corporativa porque tienen un escenario de uso netamente global, con beneficios de negocio para ejecutivos muy concretos.
Pero, incluso en productos donde tiene sentido el PLG, se ha encontrado que esta estrategia tiene un “techo muy bajo”:
- El PLG consigue cerrar clientes que son consumidores individuales o empresas muy pequeñas o donde la decisión es de los equipos individuales, pero esto es sólo una parte (y en muchos sectores, la menos jugosa) del mercado.
- Cando se trata de cerrar contratos corporativos los grandes clientes requieren una relación más estrecha con el proveedor para eliminar sus dudas y temores, por ejemplo, sobre aspectos de seguridad, cumplimiento normativo, compatibilidad, integración, acceso a datos y APIs protegidos, colaboración entre departamentos, valor para el negocio, riesgo de vendedor, etc. Éste es un tipo de atención que resulta difícil de proporcionar únicamente mediante el producto o el marketing y que requiere de un trato personal.
Ésta es la razón por la cual muchos proveedores que aplican una estrategia PLG pura no alcanzan una adopción “de pared a pared” en sus grandes clientes ni el cierre de grandes operaciones corporativas. Y el motivo por el cual los máximos representantes del PLG (Atlassian, Slack…) llevan años incorporando características y funcionalidades que aporten valor a los compradores corporativos y desplegando una fuerza de ventas Enterprise para aportar un movimiento de crecimiento top-down que complementa su movimiento bottom-up PLG (PLG + Enterprise Sales).
Evolución del motor de crecimiento
Un modelo puramente basado en Crecimiento Impulsado por el Producto trata de proporcionar a los usuarios un viaje de mínima fricción que va desde la prueba del producto hasta el pago, con la mínima intervención humana por parte del proveedor. Técnicas como el freemium / prueba gratuita, el uso de bucles de adquisición y retención, la optimización del onboarding o el autoservicio de compra por los propios usuarios son primordiales.
El modelo de Crecimiento Impulsado por el Producto + Valor para el Comprador + Venta Enterprise añade al movimiento PLG un crecimiento basado en vendedores corporativos, pero en este caso estos actúan generalmente sobre unos clientes potenciales cuyos usuarios ya están involucrados con (e incluso pagando por) nuestro producto. Este modelo complementa las estrategias del modelo PLG puro con
- La cualificación de leads y las cuentas mediante el propio producto (PQL, Product Qualified Lead y PQA, Product Qualified Account): la relación e involucración del usuario con el producto real nos proporciona señales muy fiables sobre la disposición del cliente a comprar y nos señala en qué clientes potenciales deberíamos enfocar nuestro esfuerzo y recursos de venta.
- Propuestas de valor y experiencias de compra específicos para los compradores corporativos (productos comprables por diseño).
- El despliegue de equipos de venta Enterprise, dotados de vendedores experimentados, capaces de navegar por la organización del cliente y alinear a los múltiples intervinientes en el proceso de compra, aunque con un énfasis diferente al del movimiento top-down impulsado por las ventas puro.
Ciertamente, aplicando este enfoque idealmente el vendedor no “aterriza” en una cuenta que únicamente ha mostrado cierto interés por lo que hacemos, consume nuestros contenidos y se involucra con nosotros: en este caso en la cuenta ya hay usuarios que están haciendo un uso significativo de nuestro producto y se trata de “expandir” esa presencia, de modo que el producto se adopte “de pared a pared”. El objetivo es que un producto que algunos usuarios de la cuenta han validado se adopte como solución corporativa. Para ello, el vendedor debe:
- Identificar los procesos y dinámicas de compra de la organización, para identificar, aglutinar y movilizar a los participantes relevantes, a fin de orientar ese proceso a nuestro favor.
- Con la ayuda del equipo comercial extendido, ayudar a que los usuarios tengan éxito en su adopción y utilización del producto y conectar ese uso tanto con el trabajo que dichos usuarios quieren realizar como con los objetivos de negocio que los compradores quieren alcanzar.
- Posicionar los beneficios del producto relacionados con el valor para los compradores de negocio, la estandarización, compatibilidad e integración a nivel corporativo.
- Construir ante los compradores la credibilidad y la confianza necesarias para realizar ventas corporativas.
Obviamente, estas actividades deben venir sustentadas por unas features & functions, un packaging y un precio del producto enfocados en proporcionar valor a los compradores corporativos y que les satisfagan en cuanto a funcionalidad, rendimiento, seguridad, compatibilidad, escalabilidad, costes, etc.
Finalmente, pero no por ello menos importante, el disponer de un producto más valioso para compradores corporativos hace que podamos desarrollar un posicionamiento y unos mensajes orientados a esas personas e implementar actividades inbound y outbound de generación de demanda específicamente dirigidas a ellas (p.ej., ABM), aumentando su eficacia.
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